La posturología tiene como finalidad explicar, mantener y solucionar los problemas derivados de la postura y sus consecuencias; para ello, hay que fijar la atención en los receptores que distribuidos por todo el organismo envían información al cerebro, de esta forma está permanentemente informado sobre las condiciones en las que está el organismo y la solución que aporta a los desequilibrios, actuando bajo el esquema de estímulo respuesta, es decir, de los reflejos neuronales.
Tradicionalmente, en posturología, se considera que los tres captores (sensores) que nos informan del exterior y por tanto de nuestra posición en el espacio, son: el captor ocular, el captor dental, el captor auditivo y el captor podal. A estos captores hemos de añadir la información que es aportada desde nuestro medio interno, es decir, la que tienen que ver con las reacciones bioquímicas y del estado de nuestra posición articular, etc., en términos generales. En esencia estas son las entradas al sistema nervioso central desde la información corporal, pero hemos de añadir dos campos más, a saber: el del pensamiento y el emocional. Toda esta información va ser la que finalmente conforme la postura del ser humano sobre la tierra. Por este motivo, cuando una persona presenta una patología que entra en el campo que el posturólogo trata, es fácil que se tenga que revisar los distintos captores: ocular, dental, auditivo, nutricional, articular, podal, emocional, etc., ya que cualquiera de ellos puede ser el causante, y es a través de los sistemas de compensación del organismo que vamos acomodándonos a las diferentes dificultades, hasta que llega un momento que ya no podemos seguir compensando y aparece la descompensación en forma de dolores articulares repetitivos, migrañas, alteraciones de la visión, alteraciones dentales, alteraciones del sistema auditivo como algunos vértigos, etc.
El trabajo que realiza el posturólogo, es un trabajo de regular y rearmonizar el organismo, ya que en mantenernos verticales gastamos muchos recursos energéticos, no olvidemos que desde que nacemos empezamos una larga carrera para separarnos del suelo, como si quisiéramos separarnos de la gravedad de la tierra, y conforme pasan los años parece como si lenta pero inexorablemente el cuerpo es llamado nuevamente hacia abajo.
Es por todo ello que la visión del ser humano que pretende la posturología y los posturólogos, es una visión global, del todo y a la vez de las partes, que hayan podido ser, o sean las responsables del desajuste que presentamos en este momento. A su vez y por el mismo motivo, el trabajo del posturólogo, es una especie de labor de investigación y seguimiento de los acontecimientos patológicos para poder ir estableciendo el tratamiento que corresponda a cada momento, con la finalidad de conseguir el estado de equilibrio que cada paciente pueda conseguir en estos momentos de su vida; es decir es un proceso de tratamiento.
Cuando el trabajo se debe de realizar prioritariamente desde la visión, debe ser el tratamiento del optometrista (con ejercicios, y seguimiento de los resultados), el que nos permita avanzar en el caso.
Cuando sea el captor bucal el que esté interviniendo en esa problemática, debe ser el tratamiento con el odontoposturólogo el que nos despeje el camino.
Cuando sea un problema auditivo debe de ser el entrenamiento auditivo (diferentes métodos), el responsable de la mejoría.
Y cuando finalmente sea un tratamiento podopostural con plantillas posturales, (presentan unos elementos que estimulan la aparición de un reflejo del sistema nervioso que se debe de llevar a cabo a través de los músculos), es el sistema nervioso el que debe de ir aprendiendo de nuevo otras posturas del cuerpo que no le enfrenten a retos o posiciones que llevan a la aparición de los síntomas. Este trabajo es lento pero continuo y se va realizando por períodos que suelen ser de tres meses, tras los cuales se debe de revisar y proponer los cambios oportunos para continuar con el tratamiento hasta conseguir el máximo posible del cuerpo en ese momento particular. Junto a todo esto, puede además estar indicado un tratamiento osteopático, manual, psicológico, y de otras disciplinas que estén relacionadas con la salud, ya que lo que va a hacer el tratamiento postural es facilitar y en la mayoría de las veces acelerar otros tratamientos que estén realizándose en ese momento.
Dr. Guillermo González López, col. 23.698
del C.O.M.B. especialista en posturología
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